marzo 29, 2024
FBC Melgar 1971

Foto: Difusión

Una colaboración con Diario Viral

Luis Ponce Arroé, el popular ‘Rey de los Penales’ aún recuerda con una sonrisa en el rostro cuando a sus 23 años, levantó el trofeo de campeón de la Copa Perú, aquel título que le permitió al FBC Melgar ascender al fútbol profesional peruano, desde esa vez, nunca dejó de disputar la máxima categoría del balompié nacional.

Precisamente este 8 de mayo, se cumplen 51 años de la primera final que disputaron los rojinegros en la capital peruana, Lima. Este fue el primer logró de los arequipeños en la capital, -quizá- una década después nuevamente tocarían la gloria a nivel profesional.

La verdadera, primera estrella

La campaña de 1971 fue inolvidable. Melgar, que durante su etapa como un equipo en categorías amateur, venía de un largo palmarés en el fútbol arequipeño, y para ese año la expectativa era enorme, porque desde 1967, el Dominó fue protagonista en las etapas decisivas de la popular ‘orejona chola’.

Precisamente un año antes, en 1970, Melgar disputó el hexagonal final del torneo, del cual quedó en segundo lugar, y tuvo que aplaudir a Atlético Torino que fue su antecesor en el título de la Copa Perú.

En aquella edición suscitó una peculiaridad que engrandece la leyenda del plantel, pues el defensor Walter Milera, colgó los botines y dejó a sus compañeros para ponerse el buzo de entrenador, con 29 años, su responsabilidad se incrementaba de defender su área, ahora a defender los intereses de una herida Arequipa que quería levantar la copa.

Con esa carga emocional, los rojinegros afrontaron la mítica campaña de 1971 que los consagraría para siempre. Iniciaron la campaña enfrentando a otros equipos arequipeños hasta su paso a la departamental. Melgar fue uno de los 23 equipos clasificados a la etapa regional.

En total fueron 6 grupos que se dividieron según la cercanía geográfica, a excepción de la región oriente, que era conformada por tres equipos, el resto eran grupos conformados por cuatro clubes que buscaban el primer lugar, único cupo que los clasificaba al hexagonal final.

Melgar compartió el Grupo Sur con Social Chalaca de Ilo (Moquegua), Deportivo Salesianos (Puno) y Coronel Bolognesi (Tacna). Los rojinegros superaron la fase previa y nuevamente obtuvieron su pase a la etapa consagratoria.

En la final copera, Melgar debería superar en puntos a Unión Tumán (Lambayeque), José Galvez de Chimbote (Ancash), Colegio Nacional de Iquitos – CNI (Loreto), Cienciano (Cusco) y Social Huando (Lima). Como toda etapa decisiva, la tensión se vivía en el ambiente y para facilitar la disponibilidad de juego, la organización de la Copa Perú dispuso a todos los equipos a mudarse a Lima para conocer al campeón.

El camino a la gloria

Ponce Arroé con una sorprendente lucidez recuerda el primer partido que disputaron en la final de la edición de 1971, el 25 de abril, enfrentaron a José Gálvez. Aquel resultado fue un contundente 5-1 a favor de los arequipeños que desde la primera fecha ponían en claro de quien sería la Copa Perú.

Los goles llegaron por autor de la crónica, Luis Ponce Arroé agrandaba su leyenda como el ‘Rey de los penales’ y anotaba en dos oportunidades, también contribuyeron en el score Emilio Barra y Raúl Rossel quien también anotó un doblete.

Para la segunda fecha, disputada tres días después, los rojinegros repitieron el marcador, pero esta vez frente a los limeños del Social Huando, en este partido los limeños anotaron primero, pero la final fue para los arequipeños que voltearon el partido con otro 5-1. Melgar estaba imparable y tenía la ‘sartén por el mango’ para afrontar las últimas fechas.

Las dianas nuevamente llegaron por su figura, Ponce Arroé, que aquel día estuvo imparable. El ‘rey’ nuevamente marcó en dos penales y complementaría su hat-trick con una pepaza en el ataque arequipeño. Completaron la goleada Eusebio Leyva y Emilio Barra.

Sin embargo, en la tercera fecha, jugada el 2 de mayo, el Dominó sintió la mística de la Copa Perú, el ahora torneo más largo del mundo donde todo puede pasar. En el cotejo contra Unión Tumán resultó en un empate que le puso el aderezo de suspenso a la final, el gol de la paridad mistiana la anotó Emilio Barra.

Para la cuarta fecha, se definió otra edición del Clásico del Sur, por el hexagonal, Melgar derrotó a Cienciano con otra pepa de Luis Ponce Arroé. La Copa Perú asomaba en Arequipa, pero aún podía pasar de todo y los rojinegros debían mentalizarse en el último partido.

Conquista de la finalísima

La tarde del sábado 8 de mayo de 1971, el Estadio Nacional se llenó de más de 40 mil almas que esperaban conocer al ganador de la Copa Perú. Los rojinegros tenían las primeras opciones de quedarse con el título, pero primero debían como mínimo empatar con el Colegio Nacional de Iquitos (CNI).

Ponce Arroé recuerda que el ambiente en el coloso de la calle José Díaz era ampliamente contrario a Melgar, que tuvo el apoyo de un reducido grupo de hinchas que no dejaron de alentar contra los pifidos y gritos de los hinchas locales que los trataron como chilenos o traidores. La presión de la fanaticada rival no hizo más que fortalecer el ímpetu de los arequipeños.

Salieron los 11 leones arequipeños al campo para enfrentarse a las fieras iquiteñas del CNI. Los de la selva dieron el primer mordisco, uno que dejó al León del Sur herido y con las opciones de dejar pasar el título al igual que el año anterior. Los fantasmas del pasado volvieron y una nube negra se posó momentáneamente sobre Arequipa, el CNI ganaba 1-0 a Melgar.

Como diría una frase moderna, “Si no se sufre, no vale”, ¡Y cómo lo sufrió Melgar!, a escasos instantes de finalizar el cotejo, el cielo se abría para los arequipeños quienes se emocionaron con el gol de Luis Ponce Arroé, como no podía ser de otra forma, el ‘Rey’ tenía que hacer honor a su apodo y de un remate de penal puso la paridad, Melgar 1-1 CNI.

Con el séptimo gol de Arroé en la etapa final de la Copa Perú finalizaba la edición de aquel año, Melgar levantaba el trofeo de campeón y aseguraba su presencia en la máxima categoría para el siguiente año.

Un caluroso recibimiento

Con profunda emoción Ponce Arroé recuerda que el aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón era una fiesta, “Parecía un hormiguero”, refiere el eterno campeón, “Durante nuestro paso por la ciudad las personas nos tomaban fotos y pedían autógrafos. Esos años e puente Grau era de doble sentido y ahí ya no pudimos entrar más al centro porque la gente nos cerró el paso con tantos saludos y gratitud”, refiere Luis Ponce Arroé.

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