
Foto: FBC Melgar
Minuto 66 del partido y hace solo 5, Cuiabá le había empatado el partido (1-1) a Melgar. Sin embargo, la afición arequipeña empezó a cantar más fuerte, aplaudían, zapateaban y afónicos no dejaban de gritar. A más 3 mil kilómetros, por el otro cotejo del grupo B de la CONMEBOL Sudamericana, River Plate de Montevideo le ganaba por la mínima a Racing en Avellaneda (Argentina); con este resultado, Melgar debía –solamente- ganar para acceder a los octavos de final del torneo.
Rebobinando la cronología del partido, a Melgar le costó asentarse en el campo de juego, de tal modo que Cuiabá tuvo opciones de conquistar la valla de Cáceda, pero esto no sucedió. Con los rojinegros mejor posiciones en la cancha, llegó un saque de esquina, el cual fue ejecutado por Alexis Arias, el popular ‘Chaka’ colocó con precisión el esférico a disposición de Martin Pérez Guedes que con un cabezazo remató al arco visitante. En su trayecto, la pelota fue desviada por Jean Pierre Archimbaud que descolocó al golero Joao Carlos y puso el primero para los arequipeños.
La victoria parcial mantenía a Melgar en segundo lugar del grupo B de la Sudamericana con 12 puntos, pero el momentáneo empate sin goles entre Racing y River Plate, clasificaba a la ‘Academia’. En el inicio del segundo tiempo se mantenía el panorama y Racing tenía la sartén por el mango para lograr su pase a la siguiente etapa.
Cuando el reloj marcó la primera hora de juego, tras un fugaz ataque de la visita, Gustavo Nescau ponía el empate 1-1 para Cuiabá. Este resultado no modificaba las posiciones; los rojinegros seguían segundos, y por ende, con la eliminación a cuestas.
Cinco minutos después, en Argentina, el uruguayo River Plate, hacía lo impensado, de un tiro de esquina, una asistencia de cabeza y un remate cruzado, Horacio Salaberry pondría el primero, único y posterior definitivo gol del partido, la victoria charrúa, la daba opciones a Melgar, que a 3 mil kilómetros de distancia necesitaba simplemente ganar. El gol uruguayo se gritó en Arequipa, quizá, más que en la misma República Oriental.
El ánimo en el Monumental de la UNSA, era simplemente de apoyo, la hinchada rojinegra dejó de ser un pasivo espectador y se comprometieron con la hazaña. Ese calor y apoyo se trasladó a los futbolistas rojinegros, que sobre el gramado buscaban estrategias para romper la muralla defensiva del equipo brasileño.
Es así como Melgar buscó y buscó el gol de la clasificación, pero este travieso como cuando se le necesita, en complicidad con la gordita y el golero Joao Carlos, impedían su llegada. Con una pasiva y ágil paciencia, jamás dejó de buscar espacios, es así como el juvenil Kenji Cabrera envió un certero centro al área brasileña sobre los 85 minutos de juego, la pelota tomó más impulso con el remate de cabeza de Bordacahar, quien dejó inalcanzable el esférico de Joao Carlos y puso el segundo gol rojinegro. El Monumental de la UNSA tembló, no era una réplica del sismo de la aquella mañana, fue la hinchada rojinegra que se emocionaba con los octavos de final de la CONMEBOL Sudamericana.
Minutos más tarde, Bernardo Cuesta encaró por la banda derecha y mandó un nuevo centro que fue interceptado otra vez por Bordacahar, con otro cabezazo conquistó la valla brasileña y decretó la victoria final de Melgar por 3 a 1. Instantes previos, el cotejo entre Racing y River Plate terminó con la vitoria charrúa. La emoción, alegría, felicidad, y muchos sentimientos mezclados invadieron la UNSA, todos se resumieron en el festejo de los rojinegros que trasladaron su emoción al camerino. Posteriormente Melgar revelaría las fotos del festejo interno que dejaron una agradable sensación a la hinchada que se emociona con el presente del equipo sangre y luto de Arequipa.